En cuanto a lo dirigencial, el clima tampoco es del todo calmo: los cambios internos en el Consejo de Fútbol y la muerte de Russo reflejan que la paz nunca es completa en Brandsen 805. Sin embargo, Boca se mantiene firme en la zona de clasificación directa a Libertadores y sabe que vencer a su clásico contrincante sería un golpe de efecto deportivo y simbólico para mantener la remontada en este último tramo y dejar atrás los cimbronazos del inicio del semestre.
Este domingo, una derrota le generará al presidente Juan Román Riquelme la incertidumbre de qué hacer con el actual entrenador de cara al 2026. Si bien hoy Úbeda no está en duda, la dirigencia boquense hará un balance a fin de año y una posible caída ante River le jugaría en contra para continuar en el cargo. En cambio, una victoria, y posterior clasificación a la copa internacional, podría garantizarle a Sifón su continuidad, y más si su equipo logra luego clasificar a los octavos de final del Clausura y gritar campeón. No obstante, en los últimos días, la dirigencia presentó un balance positivo, con un superávit record de 35.581 millones de pesos, correspondiente al ejercicio 121 del club entre julio 2024 y junio 2025.
River, por su parte, llega golpeado tras acumular cuatro derrotas al hilo en el Monumental, algo que no sucedía desde 1926. El Millonario perdió la brújula y está hundido en una crisis futbolística que no tiene fondo, producto de ocho caídas en los últimos diez partidos, lo que generó la eliminación en semifinales de la Copa Libertadores a manos de Palmeiras y una imagen futbolística desdibujada que encendió todas las alarmas, algo que despertó la furia de sus hinchas que entonaron el "que se vayan todos, que no quede ni uno solo", tras la caída ante Gimnasia.
Sin embargo, y para bajar un poco la espuma de la crisis que atraviesa la institución de Nuñez, se confirmó la continuidad del Muñeco hasta el 31 de diciembre de 2026, ya que firmó su renovación por un año más. El miércoles pasado, el presidente electo Stefano Di Carlo, en conferencia de prensa junto a Gallardo, anunció la continuidad del entrenador más allá del resultado final en La Bombonera y el balance futbolístico que hará el campeón de la Libertadores 2018 a fin de año. La decisión de renovar el vínculo muestra a un director técnico entero y con ganas de revertir la mala situación que atraviesa desde lo futbolístico, además de un claro apoyo dirigencial, siendo la primera decisión fuerte que toma el mandamás electo de 36 años, tras ganar las elecciones por el 61,7 por ciento de los sufragios el último fin de semana.
El Millonario suma 52 puntos en la anual y ocupa el tercer puesto, el último que da acceso al repechaje de la Libertadores. Pero Argentinos y Riestra, ambos con 51, podrían superarlo si ganan sus partidos de esta penúltima fecha. Si eso ocurre, el Millonario caería a zona de Sudamericana y llegaría al superclásico con una presión inédita: la de ganar si o si para no alejarse del torneo continental más importante.
Para el domingo, Gallardo no podrá contar con Facundo Colidio, lesionado. Pero sí con el regreso de Enzo Pérez, el capitán y emblema del equipo. El Muñeco espera por la recuperación de Gonzalo Montiel, quién arrastra un esguince leve del ligamento colateral izquierdo. Y hasta baraja la posibilidad de un cambio de esquema, para volver a resguardarse en el fondo con cinco defensores.
Más allá de la tabla, los cálculos y los cambios que pueda haber, el Superclásico siempre tiene un componente emocional que puede reconfigurar la temporada. Para Boca, ganar en su casa significa confirmar que el proyecto que inició Russo y continúa Úbeda va por el buen camino. Para River, será el golpe simbólico de autoridad que el plantel necesita para encarar la recta final del Clausura con confianza y despejar dudas, con la confirmación de la continuidad del Muñeco. La derrota, en cambio, puede dejar secuelas profundas.
En definitiva, el enfrentamiento entre los dos gigantes de Argentina no será uno más: definirá buena parte del destino futbolístico y emocional de ambos. En La Bombonera, Boca y River jugarán por los puntos, por el prestigio, por este año y por el futuro.