El Servicio Provincial de Manejo del Fuego (SPMF) informó, según las estimaciones preliminares, que el siniestro ya consumió más de 200 hectáreas de bosque nativo, pastizales, matorrales y sectores de bosque implantado. Las cuadrillas de Epuyén, Golondrinas y Puerto Patriada siguen apostadas en la zona para reforzar los perímetros de contención y asegurar que no queden focos secundarios.
En total, 25 efectivos trabajaron inicialmente en el corazón del incendio, reforzados por equipos adicionales debido a la magnitud del incendio. La geografía del área, que incluye pendientes pronunciadas, vegetación densa y riesgo permanente de derrumbe, obligó a que las tareas se desarrollaran con extrema precaución.
El subsecretario de Protección Ciudadana de Chubut, Eduardo Pérez, explicó que la zona presenta características que dificultan enormemente el combate del fuego. "Es un incendio activo en un lugar muy empinado, con rocas sueltas y riesgos de derrumbe. Es una zona peligrosa para los brigadistas y se trabaja con mucho cuidado", explicó. Pese a ello, destacó el esfuerzo coordinado de los equipos y el avance logrado en las últimas horas.
La hipótesis principal: una negligencia humana
Las autoridades provinciales chubutenses coinciden en que el origen del incendio no se debió a causas naturales. Según Pérez, "indudablemente tiene que estar la mano del ser humano porque no hubo tormenta eléctrica ni energía en la zona. Esto tiene que ver con una negligencia o con intencionalidad". La principal sospecha recae sobre una turista que habría manipulado fuego en un área no habilitada, aunque la investigación continúa en curso.
El SPMF recordó que la región atraviesa una temporada de riesgo extremo y que cualquier mínimo descuido puede desencadenar una catástrofe ambiental. En este caso, la rápida expansión del fuego -favorecida por el viento y las condiciones secas del terreno- puso en alerta a toda la comarca andina.