En igual sentido, el toxicólogo Sergio Saracco dijo a la agencia Télam: "Se puede hablar de un accionar temerario por parte del profesional médico, que prescribió una sustancia química que no demostró ningún beneficio" y agregó que el médico tampoco cumplió con otro requisito básico de cualquier medicamento, que es la "seguridad" por eso "no está autorizada para uso en humanos".
Además de la Anmat, Damin, Saracco y otros tantos toxicólogos, un comunicado de 45 sociedades y asociaciones científicas repudió la decisión del juez y del médico que indicó la medicación, rechazando la medida cautelar que “obliga al equipo terapéutico a utilizar substancias no aprobadas por el ente regulador y formalmente contraindicadas por quienes sustentan su práctica sobre evidencias científicas irrefutables”. Se trata, agrega el comunicado, de "una substancia que, tanto el Ministerio de Salud de Nación, como otras instituciones vinculadas a la salud se habían manifestado contraindicando su aplicación, no sólo por su ineficacia sino fundamentalmente por su falta de seguridad”.
“La justicia no debe obligar a los médicos a indicar una medicación que no tiene respaldo científico y que no está autorizada por los entes de regulación nacional e internacional, ni respaldada por las sociedades científicas nacionales e internacionales - señala el texto que firmaron las asociaciones científicas de la Argentina-. Las autoridades competentes (ministerios de salud, secretarías de salud, colegios o consejos de médicos, instituciones judiciales, otras) deben dar seguridad y garantía jurídica a los profesionales para que puedan actuar con la libertad que otorga la evidencia científica y frenen la judicialización sin fundamentos científicos”.