Miles de personas se reúnen en la playa para presenciar el último concierto de la gira de Madonna. Las autoridades esperan 1,5 millones de personas.RICARDO MORAES (REUTERS).
Junto a sus fans más fieles de la comunidad LGTBI, que la tienen en un altar desde los terribles tiempos del sida, Copacabana recibió una multitud compacta de lo más variopinta, incluidas familias con niños, abuelas y abuelos. Y como este es un país muy desigual, cerca, pero bien separados, varios miles de VIPS, invitados por los patrocinadores, un banco, una empresa cervecera, el Estado de Río y la ciudad.
Gracias a una quincena de torres de sonido y pantallas verticales (que muestran el show como se vería en un móvil) la multitud ha podido seguir el concierto a lo largo de buena parte de esta playa de cuatro kilómetros. De todos modos, buena parte del público se ha quejado de la calidad del sonido en un show que ha comenzado con 50 minutos de retraso