Pero la grilla de actividades del segundo día no solo estará atravesada por la economía. El diputado Máximo Kirchner se encontrará con representantes de la asamblea del pueblo de Shanghai. Lo mismo hará en Beijing, pero con figuras a nivel nacional. Como integrante del Congreso y presidente del PJ bonaerense, desde China entienden como un “gesto muy importante” el acercamiento de un político de rango institucional, en vez de un vocero. Además, simbólicamente ven enriquecedor que sea el hijo de aquellos presidentes “que profundizaron la relación con nuestro país, como Nestor Kirchner y Cristina Kirchner”, explican desde aquí. La Asamblea Popular es una institución de máxima importancia en China. A su vez, sobre Massa, destacan la decisión nacional de haber concentrado en un interlocutor la representación de los ministerios económicamente más importantes.
Más tarde, en la segunda etapa del viaje, Massa llevará a cabo la cita acordada para el jueves con Dilma Rouseff, actual titular del NBD. Su misión será acordar con la ex presidenta la posibilidad de que Brasil financie las importaciones de Argentina mediante la garantía del BRICS. Desde la comitiva no creen que reformar el estatuto que actualmente prohíbe la intermediación del banco a países que no forman parte de la alianza sea posible, por eso no se ve representada en esa solicitud del presidente brasilero, Lula Da Silva. Es así que aparece la alternativa: apuestan a que un país integrante del BRICS promocione un proyecto de desarrollo en Argentina. “La idea sería que un integrante haga un aporte de capital y el BRICS vehiculice ese instrumento, a partir del desarrollo jurídico y operativo del organismo a la Argentina”, explicaron entusiasmados. Por la simpatía política y la insistencia de China y Brasil en este sentido, aseguran que el proyecto es viable. Para el cierre de la jornada, tiene pactado un encuentro con Nicolás Aguzín, el argentino presidente de la bolsa de Hong Kong, conocido como “formoseño, ex JP Morgan y peronista.” La posibilidad de compartir anuncios configurados durante el viaje se mencionó, al menos, tres veces por la comitiva.
Sobre el final de la gira, se buscará en Beijing la renovación y ampliación del monto de libre disponibilidad del swap, el intercambio de monedas compartido con el gigante asiático que al activarse se convierte en crédito, pero a una tasa más conveniente que la que propone el FMI, por ejemplo. El objetivo a largo plazo: desplazar al dólar como moneda de cambio hegemónica. En Shanghai, el distrito financiero, funcionarios locales explican a este diario que China no planifica si no es a cincuenta o sesenta años. Habrá que esperar para entender si sus proyecciones estructurales podrán ser compatibles con la política argentina.