La tensión entre las dos potencias nucleares escaló hace dos semanas en un fuerte ataque cometido en el territorio de Cachemira administrado por India, pero que ambos países reclaman desde hace más de 80 años, cuando se independizaron de el Reino Unido. Un grupo de hombres atacó a un grupo de turistas y 26 fueron asesinados en Pahalgam, en lo que India consideró el mayor ataque terrorista en más de una década.
A ello, le siguió la toma de medidas de un lado y del otro que van desde el cierre de los cielos, la suspensión de visas y expulsión de ciudadanos y ciudadanas y la declaración de "personas non gratas" a funcionarios indios en Pakistán y su consecuente expulsión.
India, además, suspendió su participación en el Tratado de las Aguas del río Indo, un acuerdo firmado en 1960 auspiciado por el Banco Mundial y que dispone los términos de la distribución de los recursos hídricos de la zona gravemente amenazada por la sequía generada por el cambio climático. El acuerdo sobre el río nunca había sido cuestionado, si quiera durante las tres guerras en las que ambos países se enfrentaron y, en caso de que India cierre la posibilidad de acceso al agua, sería una catástrofe al otro lado de la frontera.