Más allá de lo que sucedía con el argentino, lo cierto es que la carrera en Imola entregó emoción hasta el final. Si bien todo indicaba que Verstappen era inalcanzable para los McLaren de Piastri y Lando Norris –que no tuvieron su mejor ritmo en este Gran Premio–, una falla mecánica en el Mercedes del italiano Kimi Antonelli forzó el ingreso del vehículo de seguridad en la vuelta 47 y durante siete giros, lo que hizo que el actual campeón del mundo perdiera la ventaja adquirida sobre los autos naranjas. Al reanudarse la carrera, sin embargo, el neerlandés logró despegarse de los McLaren y dejó en claro su maestría al volante y evidenció –como en aquella maniobra exquisita de la largada, elogiada hasta por su víctima, el propio Piastri– las múltiples razones que lo hacen lucir cuatro títulos mundiales.
No hubo mayores sobresaltos tampoco para el hombre de Red Bull, que se llevó su victoria número 65 de Imola con un tiempo de 1h31m33s199, sacándole algo más de seis segundos a Norris, quien concluyó segundo, y casi 13 a Piastri, quien completó el podio. El triunfo del neerlandés, el segundo en lo que va del calendario tras su festejo en Japón, se produjo en un día especial para Red Bull, que justamente este domingo celebró 400 Grandes Premios en la Fórmula 1. Quienes también sonrieron este fin de semana fueron los famosos "tifosi", los fanáticos de Ferrari, que vieron a sus figuras sobrepasar en varias oportunidades a sus rivales en Imola y finalizar a Lewis Hamilton cuarto y a Charles Leclerc, sexto, luego de haber clasificado el sábado 12º y 11º, respectivamente. El heptacampeón mundial, incluso, podría haber logrado un podio (llegó al final con neumáticos en mejores condiciones que los de Piastri) si el auto de seguridad que ingresó en la última parte de la carrera no hubiera girado durante tantas vueltas antes de la reanudación.
Verstappen oyó su himno tras ganar el Gran Premio de Emilia-Romagna pero continúa tercero en el campeonato de pilotos que lidera el australiano Piastri con 146 unidades, aunque se acercó a nueve puntos del segundo, el británico Norris, que suma 133. Y mientras los neerlandeses y los trabajadores de Red Bull celebraban la victoria de Max, en Argentina millones sonreían tras haber visto otra vez a un compatriota durante un domingo en la Fórmula 1, la máxima categoría del automovilismo mundial. Franco Colapinto ya cumplió en su primera aventura del 2025 y tiene por delante una semana de trabajo antes de llegue Mónaco, el próximo desafío.