Con esas palabras, le envió un mensaje de tranquilidad a los productores agropecuarios norteamericanos, que forman parte de su base electoral y vienen denunciando las pérdidas multimillonarias que les genera la disputa comercial. El consenso alcanzado no es una buena noticia para Argentina y Brasil, que aprovecharon el conflicto para aumentar significativamente sus exportaciones de soja a China en los últimos meses.
“Diría que en una escala del 1 al 10, siendo 10 la mejor, la reunión fue un 12”, evaluó exultante Trump, quien ayer cerró su gira por Asia, acompañado por el secretario de Estado, Marco Rubio; el secretario del Tesoro, Scott Bessent; y el secretario de Comercio, Howard Lutnick. "China y Estados Unidos deben ser socios y amigos. Eso es lo que la historia nos ha enseñado y lo que la realidad demanda", manifestó Xi. La delegación china, por su parte, llegó a Corea del Sur con el ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi; el ministro de Comercio, Wang Wentao; y el viceprimer ministro, He Lifeng.
La algarabía del republicano, los gestos de acercamiento y los compromisos sellados con China, sin embargo, no contagiaron a los mercados asiáticos. Las acciones retrocedieron ante la falta de grandes anuncios y una declaración conjunta de los líderes mundiales. El zigzagueo de los últimos meses no apaciguó las dudas respecto a los acuerdos alcanzados y aún se mantiene la incógnita respecto de si se trata de una tregua circunstancial o el inicio de un proceso que conducirá a una resolución definitiva.