La ceremonia fue organizada por el movimiento Río de Paz y marcó el primer tributo público a los efectivos fallecidos el martes pasado.
De acuerdo con lo que contó Adrián Salonia para C5N desde el lugar, a modo de santuario se colocaron cuatro cruces en la arena, una por cada agente caído, rodeadas de carteles con frases alusivas a su labor y al valor de los derechos humanos. Entre las leyendas podía leerse: “La policía no existe para matar ni para morir” y “Los derechos humanos no tienen lado”.
El homenaje buscó rendir honor al sacrificio de los policías y, al mismo tiempo, promover un mensaje de reflexión sobre la violencia que atraviesa las fuerzas de seguridad y la sociedad brasileña.