El programa tiene dos aristas: por un lado la prevención que permite poder anticiparse y tomar acciones antes de que las cosas ocurran. La otra arista del programa Fortaleza, tiene que ver con el abordaje y la asistencia, que va a estar a cargo de la Dirección de Salud Mental.
El programa incluye un sistema ambulatorio y un sistema de internación. El sistema ambulatorio permite que las personas con padecimientos continúen con sus actividades cotidianas, como la escuela, el trabajo y la vida familiar, según lo permitan sus circunstancias. En tanto que la internación, ya sea voluntaria o involuntaria, se la considera como el último recurso, según lo establece la ley, y se utiliza solo cuando todas las demás modalidades han fracasado en brindar apoyo al individuo en su situación.
En este contexto recordó que el consumo problemático “no es un tema de unos pocos o de un sector social o de un grupo en particular”. El 87% de la población consume alcohol en consumo problemático, lo que constituye un índice altísimo.
“Todos conocemos a alguien que enfrenta esta situación. Necesitamos acompañarlos, dar una mirada amorosa y un límite mucho más esperanzador, y poder mostrarles que hay una posibilidad de tratamiento. Pero no es solamente en el sistema de salud, es en toda la comunidad y con todos”, dijo para finalizar.