En ese contexto, un grupo de gobernadores, que va desde el peronista Gildo Insfrán hasta el macrista Rogelio Frigerio, no verían con desagrado que se destrabe la suerte de Lijo. "Podrían inclinarse por apoyarlo aún cuando se recurra a un decreto", deslizó un legislador que sigue de cerca las conversaciones de la Liga del Litoral, integrada por Hugo Passalacqua, Leandro Zdero, Gustavo Valdés y Maximiliano Pullaro, además de Frigerio e Insfrán.
La neutralización que se produjo en el Senado y la premura del Poder Judicial por completar las vacancias en los juzgados federales, una demanda que el propio ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, se había comprometido a resolver a principios de año, aceleraron también la inquietud de los mandatarios provinciales. Acaso bajo esas urgencias se especula con la chance de que también el cordobés Martín Llaryora se sume al pelotón de gobernadores que defiendan el ingreso de Lijo a la Corte.
Lo más paradójico de ese desenlace sería que Milei lograría el objetivo, surgido para unos de la imaginación de Ricardo Lorenzetti y pergeñado para otros por el joven Caputo, sin necesidad de reunir los votos del peronismo en el recinto. El atajo del decreto presidencial para nombrar a Lijo y el respaldo de los gobernadores como amortiguador, debería sortear, sin embargo, el rechazo de Macri y otros actores del poder real.