Días atrás se sumó a ese club el sindicato de empleados de la industria del Vidrio (Seivara) que comanda Cristian Jerónimo, un dirigente joven que aparece en la grilla de candidatos a suceder a Daer en la CGT en noviembre próximo con el impulso de dirigentes de peso como Gerardo Martínez (albañiles, Uocra). La organización firmó días atrás un ajuste que contempla una recuperación de los puntos perdidos contra la inflación en meses anteriores y fija para abril un incremento de 4%, un valor muy por arriba de los parámetros autorizados por el Ministerio de Economía. En el gremio explicaron que más allá de su eventual homologación o rechazo harán pesar la validez del acuerdo con las cámaras empresarias.
La mayor novedad, sin embargo, fue la advertencia pública de Comercio de que insistirá en los términos acordados con las cámaras CAC, CAME y Udeca y que el Ejecutivo rechaza. Aquel entendimiento contempló una suma de 1,9% en abril; 1,8% en mayo y 1,7 en junio, con un acumulado de 5,4% en el trimestre, pero con el agregado de sumas fijas por un total de 115 mil pesos dispuestas en tres cuotas con un mecanismo de incorporación progresiva a los salarios básicos de la actividad. Así las subas llegan al 9,6% en ese trimestre de acuerdo a cálculos patronales.
Para sostener su planteo Comercio apeló a la vigencia de un artículo de su convenio colectivo que establece que “para el caso de estar pendiente la homologación del acuerdo y se produzcan vencimientos de los plazos pactados para el pago de los incrementos en la forma escalonada prevista, los empleadores abonarán las sumas en la forma convenida con la mención ‘pago anticipado a cuenta del acuerdo colectivo’”. Es decir que, anoticiado de los obstáculos que impuso el Gobierno el año pasado a las homologaciones de acuerdos que consideraba por arriba de su pauta exigida, el gremio hizo incorporar al texto esa obligatoriedad con anuencia de las entidades empresarias.