La causa, que se investiga como robo calificado con privación ilegítima de la libertad, se inició pasadas las 21.40 del sábado. Martín Pullaro salió de su casa para revisar el medidor de electricidad, luego de que se interrumpiera el suministro. Fue entonces cuando tres sospechosos lo interceptaron por sorpresa. Uno de los ladrones lo amenazó y lo obligó a ingresar nuevamente a la propiedad. Ya dentro del domicilio, los agresores maniataron tanto a él como a su esposa, quien logró escuchar, mientras eran inmovilizados, la voz de un cuarto individuo que hacía de campana en el acceso a la vivienda.
De acuerdo con lo detallado oficialmente, los delincuentes permanecieron en el lugar el tiempo suficiente para sustraer dos teléfonos celulares marca Samsung, un iPhone, 500 mil pesos en efectivo, una consola PlayStation, una computadora, un DVR del sistema de videovigilancia de la casa y las llaves de un Citroën C4. Tras concretar el robo, los ladrones escaparon sin provocar lesiones a las víctimas, que lograron liberarse por sus propios medios y dar aviso a la seguridad del barrio alrededor de las 22.
Al ser notificado el hecho, la fiscalía de flagrancia en turno dispuso la intervención inmediata de los equipos técnicos. Así, se comisionó al Departamento Criminalístico de la policía. En ese momento, también se encontraba en el lugar el gobernador Pullaro, que asistía a su hermano.
Los primeros peritajes comenzaron a revelar detalles. La división científica forense confirmó que los intrusos habrían accedido al predio rompiendo el tejido perimetral lindero con el campo ubicado hacia el norte, lo que les habría permitido ingresar y huir a través del descampado. El trabajo técnico incluyó relevamientos fotográficos, extracción de rastros, balística y peritajes informáticos.
El personal de rastros levantó huellas dactilares de cinco superficies de vidrio, tanto en muebles de la planta baja como en el compartimento donde se encontraba el DVR robado. Estas muestras ya están bajo análisis para identificar a los posibles autores del hecho. Por su parte, el equipo de balística secuestró un cartucho 9 milímetros intacto, marca FLB, hallado en el dormitorio.
Uno de los puntos clave en la investigación lo constituyó el material obtenido por los peritos informáticos, quienes trabajaron durante toda la madrugada en la recolección de imágenes captadas por las 15 cámaras de videovigilancia del barrio cerrado, tanto internas como externas. Por el momento, no hay detenidos ni personas identificadas.