Según la reconstrucción de los hechos, una vez que lograba que las víctimas ingresaran a su vivienda, Jurado las asesinaba, las descuartizaba y se deshacía de los restos de manera sistemática. Una cámara de seguridad registró a dos de los desaparecidos subiéndose a un taxi junto al imputado rumbo a su domicilio. En otro caso, el posicionamiento de un teléfono celular permitió determinar que una de las víctimas también estuvo en el lugar.
Pese a que aún no se encontró el cuerpo de Anachuri, los elementos reunidos —testimoniales, restos hallados, registros fílmicos y evidencia tecnológica— permitieron avanzar con la imputación por homicidio agravado por ensañamiento. Además, se ordenaron análisis de ADN sobre los restos para confirmar si pertenecen a alguna de las víctimas reportadas como desaparecidas.
Jurado ya tenía antecedentes penales por delitos violentos. La primera condena la recibió siendo menor de edad, a los 17 años, por robo a mano armada. La más reciente fue en 2018 y lo mantuvo tras las rejas hasta 2021. Desde entonces, se encontraba en libertad. Algunos vecinos del barrio lo describieron como una persona violenta y conflictiva.
Actualmente está detenido en el penal de Gorriti, en la capital jujeña. Mientras tanto, la fiscalía prepara nuevas excavaciones en su vivienda para buscar más restos o pruebas que puedan dar respuestas a las familias de los desaparecidos. La hipótesis de que se trata de un asesino serial ya no es solo una sospecha: es una posibilidad cada vez más firme.