El Salario Mínimo es clave porque se toma como referencia para negociaciones salariales, mediciones estadísticas o prestaciones sociales como el monto mínimo para Desempleados o el Programa Acompañar para mujeres y diversidades víctimas de violencia de género, entre otros. De modo que sostenerlo en niveles bajos es otra vía que tiene el Gobierno de ajustar el gasto público y el consumo de las familias, lo que en este contexto ayuda mantener a raya la inflación.
“Hay sectores que negocian de reojo mirando el SMVM, como las empleadas de casas particulares y los municipales“, declaró hace unos meses Luis Campos, investigador del Instituto de Estudios y Formación de la CTA Autónoma, en diálogo con Página|12.
Por ende, tener un SMVM tan deteriorado funciona como un ancla que afecta el piso de los salarios registrados. Si el Salario Mínimo de 2011 se hubiera mantenido actualizado por IPC hasta la fecha, estaría casi en $900.000. En la actualidad, el universo de trabajadores en blanco que cobran eso, o incluso menos, es amplio.