"Permítanme recordarles las recientes declaraciones, francamente provocadoras, de varias estructuras oficiales occidentales sobre la posibilidad de ataques terroristas en Rusia. Todo eso parece un abierto chantaje absoluto y un intento de intimidar y desestabilizar nuestra sociedad", comentó el líder del Kremlin esta semana durante una reunión con el FSB.
Horas después del incidente, ISIS reivindicó el episodio en su canal de Telegram, adjudicándose, así, lo que es ya el peor ataque terrorista en Rusia en dos décadas. Las autoridades locales procedieron a la suspensión de "todas las actividades masivas, deportivas, culturales y otras" en la capital y se extremaron las medidas de seguridad en los cuatro aeropuertos de la zona.
Antes de que se conociera este anuncio, la Legión de la Libertad de Rusia, un grupo de combatientes rusos que luchan en favor de Ucrania, negaron estar relacionados con este hecho. De todas formas, Dmitri Medvédev, vicepresidente del Consejo de Seguridad de la Federación de Rusia, había adelantado que, si comprobaba que Kiev tuvo que ver, eliminará a sus principales oficiales.
"Si se establece que se trata de terroristas del régimen de Kiev... todos ellos deben ser encontrados y destruidos sin piedad como terroristas", escribió Medvédev en un mensaje en Telegram, añadiendo que también serían castigados "los representantes oficiales del Estado que cometieron tal crimen".