Esta misma inquietud fue esbozada días atrás por la Unión Industrial Argentina, al señalar que "es preocupante que la agenda de integración comercial no esté acompañada de una agenda de competitividad dentro del país", subrayando que vienen proponiendo hace meses transitar "un camino en pos de nivelar la cancha frente a las desigualdades generadas por el llamado costo argentino".
Al mismo tiempo, desde la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria calificaron la decisión del Gobierno como "un industricidio", sosteniendo que puede provocar "la destrucción de miles de puestos de trabajo y el quiebre de cientos de industrias". Además, consideraron que la medida "favorece la competencia desleal de productos importados, que ingresan a nuestro país a precios irrisorios debido al dólar barato y a los costos laborales e impositivos que enfrentan en los países asiáticos donde se fabrican".
En este contexto, desde FITA concluyeron: "Solicitamos al Gobierno a reconsiderar esta medida y nos ponemos a disposición para trabajar juntos en un plan de desarrollo que garantice condiciones de equidad y sustentabilidad para la industria nacional y los trabajadores del sector".