Además de discutirse nuevas moratorias y mecanismos alternativos de inclusión previsional, se debatieron iniciativas que giran en torno al aumento del bono complementario que cobran los jubilados, cuyo monto se encuentra congelado desde 2023 en apenas $70 mil.
Con la moratoria, personas en edad jubilatoria -hombres desde 65 años y mujeres desde 60- sin llegar a los 30 años de aportes podían regularizar sus deudas previsionales y, de esa manera, cobrar la jubilación mínima, con el descuento correspondiente al plan de facilidades de pago en cuotas.
Con esta decisión se estima que solo en el 2025 más de 243 mil personas en edad de jubilación (60 las mujeres y 65 años los hombres) que no cuentan con los 30 años de aporte no podrán jubilarse. Entre las afectados 150.000 son mujeres y 93.000 varones por lo que deberán seguir trabajando bajo relación de dependencia acceder a una Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM), que representa el 80% de una jubilación mínima, muy por debajo de lo que se necesita para cubrir las necesidades básicas.
Para las mujeres que no tienen los 30 años de aportes, la PUAM representa un alargue de cinco años en la edad jubilatoria, con el agravante de que accederían a un beneficio menor (80% del haber mínimo) y solamente si acreditan una situación de vulnerabilidad socioeconómica.