Sin embargo, cuando la llevó el tercer día de clases ya notó un cambio en su comportamiento. “No quería entrar, empezó a temblar cuando la puerta se abrió. Me abrazó, me pidió que la alce y le pregunté qué pasaba y me decía ´vamos, vamos, vamos´“, contó.
La madre comentó que, en el mes de mayo, su hija tuvo otras reacciones que la hicieron radicar la denuncia. “A la noche jugaba con los muñecos como si ella fuera la maestra y los muñecos los alumnos, algo que hacía siempre y se le escapa decir: ‘Bueno chicos, vamos a salir al patio. Se nombra a ella misma y dice ‘no va a salir al patio’ ”, recordó. En ese momento, contó que le preguntó si esa situación había pasado y la niña le dijo que sí y que no sabía por qué la docente no le había permitido ir a jugar.
De esta manera, la madre decidió hacer la denuncia en el Polo de la Mujer, además de tener una reunión con la directora y otra con la inspectora, donde le dieron el pase de su hija a otra institución. “Pasó por la parte psicológica y fue revisada como buscando golpes, pero no sus genitales. Yo venía con pruebas en las manos, todavía ningún médico ha tocado a mi hija”, detalló sobre las pericias para determinar si la nena fue víctima de abuso sexual.