Lula aseguró que el 20 de diciembre se firmará el acuerdo Mercosur - Unión Europea
Para Casarões, Lula no presionó a Trump “sino que lo confrontó de igual a igual. Los países que aceptaron incondicionalmente las imposiciones estadounidenses terminaron perdiendo poder de negociación, como vemos en el caso de la Unión Europea. Al resistir la presión estadounidense, Lula parece haberse ganado el respeto de Trump, lo que facilitó las conversaciones mantenidas en las últimas semanas”.
Por otro lado, el especialista brasileño asegura que “la posición económica de Brasil es ventajosa, ya que mantenemos un intenso comercio con EE.UU. y China, que ha sido nuestro principal socio comercial durante 15 años. Esto permitió a Brasil compensar rápidamente algunas de las posibles pérdidas económicas derivadas de Estados Unidos, ya sea con China o con otros países asiáticos”.
“La estrategia comercial de Brasil sigue siendo la misma: mantener buenas relaciones con ambas potencias, incluso ante una renovada guerra comercial”, agrega.
Por último, Casarões asegura que “la popularidad de Lula y su gobierno depende de varios factores, pero las encuestas de opinión han demostrado que la mayoría de los brasileños aprobaron la forma en que el presidente gestionó la presión estadounidense”. Y culmina: “La estrategia de Bolsonaro de sacrificar la economía para intentar salvar al expresidente también causó fracturas en el electorado de derecha y en muchos sectores económicos. La política exterior no define las elecciones en Brasil, pero este tema sin duda será explotado por la campaña de Lula para desafiar el discurso patriótico de la extrema derecha brasileña”.
En efecto, los resultados que obtuvo Lula con Trump demuestra que la claudicación no necesariamente genera resultados favorables para los intereses de un país. Brasil es el ejemplo de eso.