El gobierno tiene la estrategia de atenazar a los principales hombres de la AFA con detenciones de personajes que podrían declarar como arrepentidos.
Tapia explota su buena relación con Messi y los jugadores de La Scaloneta, al menos en el plano de la imagen pública. En el plano político, el Chiqui se recuesta en el respaldo de Conmebol y su estrecho vínculo con el paraguayo Alejandro Domínguez y de la FIFA, que confirmó al argentino como miembro pleno de su Consejo Directivo en medio de la guerra con Milei. Tanto Infantino como Domínguez se mostraron junto a Tapia la semana pasada, en un fuerte gesto de apoyo.
Pero la Justicia argentina corre por otros canales y Tapia se enfrenta a dos inconvenientes vernáculos. Uno es el nexo del juez Aguinsky con Patricia Bullrich, que tomó la bandera del gobierno contra la AFA. Otro es el distanciamiento con Daniel Angelici. La relación con el Tano se rompió hace años y ahora es más necesaria que nunca, visto el panorama judicial nublado que se le presentó al número uno de la asociación del fútbol.