La última vez que el ESF se utilizó de forma significativa para un socio extranjero —para proporcionar una línea de crédito de 20.000 millones de dólares a México en 1994— , las condiciones fueron exigentes: “Estados Unidos logró que México acordara objetivos políticos concretos, proporcionara detalles sobre el uso del financiamiento estadounidense y otorgara al Tesoro el derecho de veto sobre cualquier desembolso si México no cumplía ciertas condiciones. Además, el país canalizaría sus ingresos por exportaciones petroleras a una cuenta del Banco de México en la Reserva Federal”.
Los rescates incondicionales –como el que parecería querer acercar la administración de Trump al presidente Milei- incentivan malas políticas, en la opinión de este experto. En paralelo, el ex asesor de Obama puso otro reparo al apoyo financiero estadounidense: la restricción en el periodo de otorgamiento que tiene el ESF, que según precisó es una línea de crédito que se extiende de 6 a 12 meses. Para extender el plazo de vigencia del ESF al año que viene el gobierno de Donald Trump debería acudir al Congreso y argumentar circunstancias extraordinarias que enfrentan la Argentina y Estados Unidos. En base a las necesidades del caso argentino, el requerimiento de asistencia financiera se trasladará seguramente a todo el 2026, según este experto.
“Cuando Milei llegó al poder, describió los problemas de Argentina principalmente como déficits fiscales desenfrenados e inflación. Sin embargo, Argentina también ha tenido dificultades durante mucho tiempo para generar las divisas necesarias para reconstruir las reservas y pagar la deuda externa”, consideró Setser.