Pese a ese contexto, la postura del presidente se mantuvo inalterable. Riquelme confía en Úbeda como sucesor de Miguel Ángel Russo y consideró que la mala imagen en el clásico de semifinales no alcanza para borrar lo construido en meses de trabajo. Esa decisión ya le fue comunicada al propio entrenador.
Desde la dirigencia valoran especialmente cómo Úbeda asumió el liderazgo del plantel tras el doloroso fallecimiento de Russo, acompañado por Juvenal Rodríguez como su principal colaborador. La continuidad del método de trabajo y la forma de llevar el día a día son aspectos muy bien considerados en La Ribera.
Además del aval dirigencial, el Sifón logró una buena sintonía con los referentes del plantel, generando un clima de conformidad general en el predio de Ezeiza. Por ese motivo, en el club siempre sostuvieron que no era necesario un anuncio formal, ya que el vínculo contractual sigue vigente.