Los delitos contra la propiedad también sufren un endurecimiento. El hurto tendrá penas de hasta tres años, mientras que el robo implicará prisión efectiva, y quienes cometan robos con vehículos y lesionen a sus víctimas enfrentarán hasta 15 años de cárcel. Se agravan especialmente los robos de teléfonos celulares.
La reforma también incorpora nuevos delitos graves, como estafas piramidales, viudas negras, secuestros virtuales, pornovenganza y hostigamiento, así como mecanismos de restitución inmediata frente a casos de usurpación. Las falsas denuncias, el falso testimonio y las amenazas contarán con agravantes, y las vinculadas a delitos sexuales serán incorporadas expresamente al Código Penal.
En materia de corrupción, los altos funcionarios enfrentarán penas agravadas, mientras que delitos como narcotráfico, trata de personas, crimen organizado, secuestro extorsivo y pornografía infantil verán elevadas sus penas y dejarán de ser prescribible.